El carnaval, principalmente en la Habana, ha sufrido un deterioro progresivo a través de los años como expresión de la cultura popular de nuestro país. ¿El Ministerio de Cultura tiene alguna estrategia concebida para devolver a esta tradición su antigua gloria?


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Alexis Triana Hernandez

El Ministerio de Cultura de Cuba tiene entre sus Prioridades esenciales la defensa de la identidad de la cultura cubana, y vela por la conservación del patrimonio cultural y la riqueza artística e histórica de la nación. La Comisión para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que se adscribe al Consejo Nacional de Patrimonio Cultural ha declaró Patrimonio de la Nacion Cubana al Carnaval de Santiago de Cuba, mediante la Resolución 25 del 2015, por que es una centenaria tradición popular festiva que se celebra cada mes de julio, en la que fusionan varias manifestaciones artísticas como la música y el canto, la danza y el teatro, con la participación de las comunidades de comparsas y paseos, vinculadas estas, a su vez, a los oficios de vestuaristas y costureros, diseñadores de carrozas, fabricantes y reparadores de instrumentos musicales, creadores de muñecones, estandartes, y adornos, además de luminotécnicos, electricistas, pirotécnicos y otros grupos de portadores de técnicas y saberes heredados que hacen posible la recreación de esta expresión cultural. Este carnaval es reconocido como una fiesta de gran trascendencia en la cultura cubana, fuente de inspiración para el desarrollo de diversas expresiones del arte en todo el territorio nacional, entrelazado, por demás, a importantes momentos y personalidades de la historia patria. Cada edición del carnaval santiaguero constituye un período de intensa convivencia, en el que todas las comunidades involucradas entran en contacto para recrear un momento de connotación única en la vida de los santiagueros, de intercambio y transmisión de valores culturales de ese pueblo. Las comunidades de portadores de conocimientos y técnicas tradicionales relacionados con el carnaval santiaguero, así como el público de la ciudad de Santiago de Cuba, reconocen dicho elemento como parte de su patrimonio cultural, y han expresado debidamente su consentimiento para que se les acompañe en las acciones de salvaguardia. Este referente, y otros como el compromiso de los municipios de la zona central de Cuba con sus parrandas, son ejemplos diversos de cómo puede y debe restablecerse el alcance del Carnaval de La Habamna. Todos coincidimos en que hay que redoblar los esfuerzos para que continúe mejorando su presencia en los barrios de capital, mas alla de la zona de paseo en el malecón, y en su proyección hacia la comunidad. El mejor ejemplo puede ser el carnaval infantil, que asesora el Centro Nacional de Casa de Cultura. Porque la complejidad de esta declaratoria abarca a sus tradicionales comparsas, a los paseos tradicionales, a los organismos que deben velar porque no se distorsione la identidad cultural. Esto ha de ser tema permanente y a debate, al que invitamos a la Dirección Provincial de Cultura de La Habana.



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